Que una westie tenga cachorros, da muchas satisfacciones, aparte del consecuente trabajo, como es el mantener la higiene del nido, temperaturas adecuadas, proceder a controlar a todos y cada uno de los cachorros en su evolución y crecimiento…
Hay diferentes socializaciones, la más importante es la que se les debe de proporcionar con su madre, hermanos y resto de westies de casa.
Otra de ellas es el “manejo”. Consideremos como manejo, el manoseo correcto y adecuado en los momentos preciosos en los que debe realizarse.
La gran pregunta… ¿y cuando es el momento?. Depende de cada circunstancia. Un buen momento siempre es cuando más tranquilidad haya, tanto en la madre, como en los cachorros, así como con la persona que vaya a realizar el manejo.
Buscar la forma en la que cada cachorro se encuentre más a gusto. En el caso de la foto que acompaña, ellos buscan los latidos del corazón cuando todavía tienen los ojos cerrados, y cuando les abren incluso buscan el cuello porque también notan y sienten los latidos.
Enseñar a que cualquiera puede tocarles, cogerles, posar en una mesa, bañar, peinar, meter los dedos en la boca, tocar las uñas, las almohadillas, cualquier parte de su anatonmía desde uqe son pequeños es tan importante como facilitar una adecuada alimentación.
El problema es cuando nos dejan para irse con sus nuevos humanos, ahí es cuando nos da congoja y aunque sabemos que, van a estar super cuidados, super atendidos, super mimados, echamos de menos esas tardes en las que, reposaban junto a nosotros escuchando el latido de nuestros corazones.
Es maravilloso ver como crecen y como evolucionan y gracias a nuestros mimos y cuidados, se convierten en westies sanos y equilibrados, sin ansiedades por separación y comprendiendo y entendiendo a sus semejantes de 4 patas.